La segunda audiencia del juicio contra Santiago Bonelli (41) por el "homicidio calificado por el vínculo" de su novia Rocío Rodríguez (23), en Alto Verde en 2013, fue un golpe duro a la estrategia de la defensa de sembrar la hipótesis de un suicidio.

Es que, tal como ayer había explicado a los jurados populares el fiscal de la Cámara Quinta del Crimen, Fernando Amoedo, a este proceso lo atraviesa una "grieta" que puede implicar que Bonelli reciba la pena máxima o quede en libertad.

Para la segunda opción, que es a la que apela la familia Bonelli, sus defensores Patricia Soria y José Caferatta Nores concentran la estrategia en dos frentes: desacreditar a la víctima, enrollándola en una supuesta personalidad depresiva y en el consumo de drogas; y sembrar la duda sobre el modo en que se produjo el hecho cuando los peritos compartan las conclusiones de la reconstrucción virtual y la autopsia psicológica.

Para escuchar a los peritos habrá que esperar hasta comienzos del mes próximo; esas conclusiones pueden ser fundamentales para la postura final que tomará el fiscal Amoedo en los alegatos.

Hasta entonces, las audiencias "rebalsan" de testigos civiles, y es en ese frente en el que se concentran la defensa y el querellante Franco Vitozzi, del estudio de Carlos Nayi. En el caso de este martes, entre otros declararon dos amigas de Rocío, Gabriela Martínez y Cindy Forray, que eran una apuesta fuerte de la defensa dado que, especialmente la primera, había declarado durante la Instrucción dos puntos llamativos: que Rocío consumía drogas (pastillas, cocaína y marihuana) y que en una ocasión le expresó que se iba "a matar" si Santiago cortaba la relación.

Pero no salió como la defensa esperaba, porque Martínez, quien para diciembre de 2013 era compañera de un call center de Rocío, dijo que la víctima "jamás había consumido drogas" antes de conocerlo a Santiago, y que ella le contó que era justamente Bonelli quien le proveía los estupefacientes.

"Yo la conocía bien a Rocío, nos contábamos todo. Ella era muy vulnerable, muy influenciable. Tomaba esas cosas para complacerlo a él, no porque le gustara", sostuvo. 

Agregó que era "una persona muy alegre, muy cariñosa", tirando por la borda la hipótesis de una personalidad depresiva y suicida. 

El defensor Caferatta Nores se aferró a la declaración de Martínez en la Instrucción sobre que Rocío se iba a "matar" si su novio la dejaba. 

"Rocío no lo dijo de verdad. Lo dijo como lo decimos todos cuando pasa algo que no nos gusta. Yo misma lo he dicho en varias oportunidades, y otras amigas también. Era una chica alegre", insistió Martínez.

Charlas íntimas. La otra testigo amiga de Rocío, Cindy Forray, describió al imputado como "un manipulador" que sabe "cómo entrarle a la gente" y coincidió con lo reconstruido hasta el momento sobre que se trataba de "una relación enfermiza" donde se celaban mutuamente.

Recordó situaciones en ese sentido, como una ocasión en que salieron a bailar y la pareja comenzó a discutir, y Bonelli le decía "miráte cómo estás vestida, parecés una puta". También, que le revisaba el Facebook a Rocío para controlarla. 

"Al último era insoportable. Yo sabía que Santiago la vigilaba siempre. Por ejemplo, Rocío chateaba conmigo y cuando terminábamos me decía 'borrá todos los mensajes, que no quiero tener problemas'", rememoró.  

Forray aportó durante la Instrucción una carpeta con todas las charlas íntimas que tuvo por Facebook con Rocío, y a esa carpeta apelaron las partes para que el jurado popular conociera el contenido de algunas conversaciones. La testigo remarcó que en una ocasión Rocío le escribió que Santiago tenía "cosas oscuras" que le daban "miedo". 

Destacó que Rocío tenía planes de estudiar, y que incluso habían hablado de la posibilidad de vivir juntas.

También declararon otro amigo de la víctima y dos vecinas del imputado. El juicio seguirá este miércoles con más testimonios.