COMENZÃƒâ€œ AYER EL JUICIO POR ABUSO Y FEMICIDIO DE UNA NIÃƒâ€˜A EN TÃƒÂO PUJIO

Comenzó ayer, en la sala de audiencias de la Cámara del Crimen, en el quinto piso de los Tribunales de Villa María, el juicio por el abuso y femicidio de una pequeña de 5 años de edad ocurrido a mediados de 2017 en Tío Pujio.

Se trata del sometimiento y muerte causada a la pequeña Luna Viera, cuyo cuerpo sin vida fue encontrado en la propiedad colindante a la casa donde residía el único acusado, Mariano Gutiérrez Cingolani, de 32 años.

Como en recientes casos de homicidios en el que resultaron víctimas dos mujeres, estarán presentes durante el juicio los 12 jurados populares (seis mujeres e igual número de varones).

El hecho se registró en Tío Pujio el miércoles 19 de julio de 2017 y, las primeras instancias de la investigación estuvieron a cargo de la fiscal Silvia Maldonado (quien incluso estuvo presente esa tarde en la vecina localidad y ordenó la diligencias y peritajes pertinentes), aunque a los pocos días pasó a manos de René Bosio, quien finalmente elevó a juicio el caso durante el mes de abril del año pasado.

La causa fue caratulada como “abuso sexual con acceso carnal, en concurso real, con homicidio doblemente calificado por criminis causae y violencia de género”, cargos por los que será juzgado Gutiérrez Cingolani.

Aquella tarde

Todo ocurrió durante las primeras horas de la tarde del 19 de julio de hace dos años, cuando la niña salió de su casa rumbo a un quiosco situado en proximidades de su hogar para comprar caramelos.

Así lo confirmó la mujer que atendió a la menor, quien también reveló que observó cuando salió del negocio y se sentó en la vereda para comer lo que había comprado.

Sin embargo, algo ocurrió que la pequeña no solo no regresó a su hogar, sino que también desapareció de la vereda del quiosco.

Horas más tarde, cuando la demora en retornar a la vivienda comenzó a preocupar a sus familiares, se inició su búsqueda hasta que fue encontrado su cuerpo, ya sin vida, en el ingreso lateral a una vivienda situada al lado del patio donde se halla la vivienda en la que residía el imputado.

Entre el patio de la casa donde vivía Gutiérrez Cingolani y el acceso lateral a la vivienda vecina, existía solo una pared inconclusa construida con bloques de cemento.

Allí permanecieron los restos de la nena, cerca de una planta, tendido sobre la tierra, hasta que se ejecutaron todas las pericias.

Incluso antes que se dispusiera el traslado del cadáver de la niña se produjo la detención del sospechoso, quien salió de su casa entre sollozos y fue llevado a un móvil policial.

Desde entonces, pese a algunas presentaciones en Tribunales para que el acusado sea encuadrado como inimputable, con el correr de los meses se confirmó que debía permanecer privado de la libertad, al punto que pronto fue trasladado a la unidad penitenciaria de Cruz del Eje.

En tanto, el informe forense reveló que la causa eficiente de la muerte de la nena fue “sofocación y obstrucción de vía y resquicio respiratorio”.

Fuente: El Diario