En Colonia San Bartolomé todos están contentos porque la "maestra del pueblo" logró su título superior a los 56 años concretando una meta tras un gran sacrificio.
En el pueblo a Rosalía Ponce todos la conocen, sobre todo los más chicos que varias veces golpean la puerta de su casa y llegan con las mochilas para la clase de particular.
Su labor como maestra no tenía un título oficial, lo hacía de corazón y porque encerraba un anhelo de cuando era una chica muy joven que quería recibirse como maestra de grado.
Ahora a los 56 años lo logró en noviembre pasado después de viajar muchas veces desde Colonia San Bartolomé hasta la ciudad de Las Varillas a la escuela "Dalmacio Vélez Sarsfield". Fueron cuatro años intensos de repartir su tiempo entre el trabajo en su casa atendiendo a la familia, ir a clases al colegio, hacer sus prácticas docentes, seguir enseñando, continuar con la fotografía - otra de sus profesiones y estudiar.
Su hija Mariana contó a LA VOZ DE SAN JUSTO que ser maestra "fue el sueño de la niñez de Rosalía desde el momento en que terminó sus estudios secundarios" pero como en tantos otros casos por dificultades económicas no pudo seguir.
Valiente y tenaz
Rosalía tiene 56 años, se recibió de maestra el pasado 21 de noviembre y no pudo evitar emocionarse al leer en las páginas del diario otras historias similares de mujeres de su edad que también obtuvieron sus títulos superiores.
Tiene en común que por distintas circunstancias cuando terminó el colegio en el Nivel Medio no pudo seguir la carrera pero no por eso truncó sus sueños o le impidió ayudar a los otros. Antes, durante y después de llegar a su meta siempre ayudó a los chicos para sortear obstáculos cuando las tareas se complican y por eso da clases de particular.
Cuando empezó la carrera hace cuatro años con mucho esfuerzo logró reacomodar todos los horarios. "Sus días fueron siempre muy agitados" porque a las tareas cotidianas se le sumaban las actividades como presentar trabajos, rendir las materias, hacer las prácticas docentes, Mariana dijo que "por ahí colapsaba" pero a pesar de todo siguió a hizo su sueño realidad, algo que a ella "la llena de felicidad".
"Ojalá que con todas las oportunidades q hoy tienen los niños y adolescentes terminen sus estudios, hoy nada es imposible, hay millones de herramientas y posibilidades", concluyó Mariana que tiene a su mamá de ejemplo de ello.